Este artículo hace parte de la segunda edición de la revista Autónoma al Día. Lea todos los contenidos aquí: https://aldia.uao.edu.co/

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“Con cada día que vivimos, por el río y por el mar,
sumamos experiencia para cuidar nuestro manglar.
Las cosas que aprendemos, en cada reunión,
nos sirven de apoyo para cuidar nuestra región.

Por toda la importancia que tiene el manglar,
hacemos un llamado para que nos ayuden a limpiar.
Debemos hacer algo ahora,
porque encontramos allí residuos sólidos, neveras, muebles y hasta lavadoras…”

Estos versos, cargados de amor por su tierra pero teñidos de preocupación, son declamados por Margarita Hurtado, una mujer de 38 años de edad; nacida en el río Cajambre, criada en la vereda del río Anchicayá y residente de La Bocana, Buenaventura.

Margarita, dedicada a la pesca de piangüa, declama su poema ante un grupo de ambientalistas y vecinos de Buenaventura y otras poblaciones del Pacífico, durante una reunión organizada por la Universidad Autónoma de Occidente, en julio de 2019.

La UAO lidera una investigación para estudiar los beneficios ambientales y sociales que brinda el ecosistema de manglar, y revisar su grado de contaminación por microplásticos y metales pesados.

Los manglares son formaciones de árboles de ‘mangle’ y arbustos que crecen en el agua, y que son hábitat de un sin número de especies de aves, peces, crustáceos y moluscos, por ello son esenciales para la reproducción y conservación de la fauna, y para la seguridad alimentaria de las poblaciones.

Además, son cruciales para prevenir la erosión en las costas, y para capturar y almacenar CO2, teniendo un papel importante en la lucha contra el cambio climático.

Así lo explica la docente Martha Lucía Palacios, del programa de Administración Ambiental de la UAO, quien es experta en el estudio de este ecosistema y lidera la investigación que adelanta la Universidad, en colaboración con las comunidades del Pacífico.

“El ecosistema de manglar es considerado como uno de los más productivos del planeta, no solo por la biodiversidad que alberga, sino por la importancia económica y ambiental que representa para las comunidades aledañas”, explica la docente.

La investigación inició en 2019, con visitas a las comunidades para conocer sus testimonios sobre el relacionamiento con el manglar y los beneficios que perciben de él. Además, para identificar en conjunto las problemáticas ambientales que lo amenazan, como la acumulación de basuras, los lixiviados y el agua contaminada por la minería en ríos del Pacífico.

“Esto es un problema porque el manglar es un ecosistema estratégico para nosotros, para la supervivencia de las familias que habitan a largo de la costa, desde Nariño hasta Chocó, y quienes viven de la extracción de piangüa”, advierte Santiago Valencia, guía turístico en Bahía Málaga, quien asistió a uno de los talleres de la UAO en diciembre del año anterior.

La misma preocupación invade a Luis Carlos Hinojoza, líder de la Asociación Comunitaria Ecomanglar: “Es muy preocupante lo que está pasando hoy, vemos mucha basura y envases plásticos. Debemos tomar más conciencia, porque este es un ecosistema que nos sirve a nosotros, al turismo e incluso a las aves migratorias”.

Después de ese primer acercamiento, la docente y su equipo de trabajo se preparan para regresar a Buenaventura y realizar la toma de muestras en el ecosistema.

“Vamos a investigar la presencia de metales pesados en diferentes organismos como peces y piangüa, que son de consumo humano; así como raíces de manglar y algas; también buscamos encontrar presencia de microplásticos que pueden estar siendo consumidos por algunos organismos”, cuenta Palacios.

Con los resultados, el equipo de investigadores concluirá el proyecto elaborando un plan de manejo ambiental para el ecosistema de manglar, para el beneficio de toda la comunidad del Pacífico vallecaucano.

“A la Universidad y a todas la entidades que vienen a Buenaventura,
que puedan disfrutar de lo mejor de nuestra cultura.
Que aprendan las comunidades estas historias bonitas,
y se despide de esta reunión la señora Margarita”.

Concluye el poema.

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