Por: Dayana Ortiz y Valeria Ramírez

El comedor comunitario de la Fundación Autónoma de Occidente, Fundautónoma, abrió las puertas en el 2018, convirtiéndose rápidamente en parte fundamental del mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de las comunas 13, 14 y 15 de la ciudad de Cali. Desde entonces, se ha procurado mantener activo su servicio, garantizando la seguridad alimentaria de la comunidad y apoyando cada uno de los procesos de desarrollo y crecimiento que posibilita la institución en el territorio.

Durante el año 2021, se brindaron un total de 10.448 platos a 464 beneficiarios del sector, la mayoría de ellos adultos mayores, niños y niñas, que asisten a la sede operativa de El Poblado II, de lunes a viernes, entre las 12:00 p.m. y la 1:00 p.m.

Florencia Grueso Chalá, habitante de El Poblado II y beneficiaria del comedor, afirma que:

“Vengo al comedor solidario porque me ha parecido excelente, tanto los alimentos saludables que son sin condimentos, y las personas que se encuentran en él. Las secretarias, las de la cocina, el vigilante, las personas de la comunidad, todo, es excelente”.

Este constante apoyo y agradecimiento por parte de los beneficiarios ha sido el principal motor para seguir adelante, prestando sus servicios aún en períodos de crisis como los generados por la pandemia del Covid-19 y el Paro Nacional del 2021, adaptando el espacio a las nuevas necesidades del territorio y a los protocolos de bioseguridad que instauró la Secretaría de Salud.

Otro de los retos para el comedor comunitario es apostar por el autosostenimiento, el apoyo de cooperantes como el Banco de Alimentos, la Secretaría de Salud, la Arquidiócesis y la Alcaldía de Cali, junto al compromiso incondicional de la comunidad y nuevas iniciativas como
la del Huerto Escuela y sus cosechas, le han permitido al equipo de trabajo de Fundautónoma comprender la verdadera trascendencia de su labor y construir el camino para perpetuar su impacto en la comunidad.

Un espacio que hace la vida más amable

Después de la crisis sanitaria mundial, la Fundación se vio en la necesidad de adaptar su servicio y comenzar a entregar las raciones de alimentos a cada beneficiario en su propio recipiente, dejando la posibilidad de comer en la sede operativa pero con el debido distanciamiento social. Esto permitió mantener viva la conexión entre los asistentes, debido a que para el comedor era una prioridad ser un punto de encuentro y brindarles un espacio que permitiera el intercambio de saberes y experiencias de los beneficiarios, sobretodo en tiempos de adversidad como los vividos en cuarentena.

“El comedor es importante porque es una forma de compartir con las personas, en especial con las de tu misma edad, y esa manera de compartir hace que la vida sea más cómoda”.
Fernando Caicedo, asistente al comedor comunitario.

Y para el comedor estas palabras se convirtieron en su misión: durante 2021 se logró retomar el servicio de alimentación en el lugar, brindando nuevamente la oportunidad a la comunidad de tomar un momento de su día para sentarse, hablar y almorzar con sus vecinos o familia, participando incluso de las fechas especiales que se celebraron en la Fundación, como el Día del Amor y la Amistad y las novenas navideñas.

Sin distinción alguna, los vecinos de las comunas 13, 14 y 15 han encontrado en el comedor un espacio de encuentro, de diálogo comunitario, donde pueden compartir y aunar esfuerzos con entidades y cooperantes, aceptando dar un aporte solidario.

Para Mayerli Angulo, coordinadora de Desarrollo Humano de Fundautónoma:

“La comunidad ha empezado a crear conciencia de sus comportamientos, de asistir y que este sea un espacio de convivencia. Eso nos ha ayudado a poder fortalecer los lazos de amistad, los vínculos, a orientarnos cada día más en que unidos podemos encontrar las soluciones de las problemáticas que se nos acercan”.

Sin embargo, más allá de esa colaboración conjunta, también ha sido necesario conseguir donaciones para mantener activo el servicio del comedor, pues tal como indica Mayerly:

“Las donaciones ayudan a construir, a hacer la vida un poco más amable para que aquellos que tienen dificultades, ya sea por el tema económico o porque las circunstancias no están dadas en el momento, puedan tener un día distinto. Y esa es la misión del comedor, contribuir a la calidad de vida de la comunidad que nos visita”.