Por: Dayana Andrea Ortiz Monar

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En la continua búsqueda de ser un espacio que impulse el desarrollo sostenible y el fortalecimiento de las capacidades en las comunidades más vulnerables, Fundautónoma, de la mano de la Universidad Autónoma de Occidente, creó en el 2017, el MakerLab, un espacio para que los jóvenes puedan aprender de primera mano, el uso de diferentes tecnologías y conozcan alternativas para sus futuros proyectos de vida.

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Esta primera fase se hizo con el apoyo de la UAO, especialmente con
la facultad de Ingeniería y fue una experiencia con un impacto.

Claudia Uribe, directora de la Fundación.

A pesar de que el laboratorio se cerró durante la pandemia, gracias al esfuerzo de ambas instituciones, este año retomó sus actividades. Primero, trajeron las máquinas a la UAO para ser revisadas por los técnicos, se les realizó la limpieza y el mantenimiento y, cuando las máquinas ya se encontraban en óptimas condiciones, se convocó a los chicos de la comuna 13 interesados en las tecnologías de prototipado, para que participaran en los talleres formativos y prácticos, que fueron encabezados por docentes y estudiantes Autónomos, con la idea de poder transferir sus conocimientos.

Fue un proceso que disfruté mucho, le metí mucha pasión porque yo sentía que cada día que iba a los talleres, aprendía más de las máquinas y todo eso más adelante me va a servir mucho.

Arnoldo Perlaza, participante de los talleres.

Finalmente, se lograron constituir dos grupos de jóvenes que se encuentran entre los grados 9 y 11, quienes participaron de talleres, durante cuatro meses, cuatro horas semanales, donde aprendieron a usar las herramientas, el tipo de software para que funcionen y, por supuesto, conocieron los elementos que se elaboran a partir de estas. Además, se complementaron las actividades con una visita a la Universidad, donde pudieron conocer los laboratorios y otras máquinas más avanzadas y con otras aplicaciones.

Asistir a este tipo de espacio es muy motivante porque es como abrir una ventana al conocimiento y al mundo de la tecnología para ellos, fue entrar en un mundo tal vez desconocido, con el que nunca habían tenido oportunidad de interactuar, sobre todo porque las situaciones y vivencias de este territorio no son positivas y salir del círculo de la violencia es muy ganancioso.

Claudia Uribe.

Este primer proceso que finalizó en agosto de 2022, dejó a 11 jóvenes certificados y listos para competir laboralmente en el campo del manejo de estas tecnologías y replicar los conocimientos adquiridos con los más pequeños. Se espera poder iniciar los talleres nuevamente cada cuatro meses.

Las maquinas:

• Dos termoformadoras.
• Dos impresoras 3D.
• Una cortadora de poliestireno expandido.
• Ocho equipos de cómputo.

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El MakerLab es un espacio de formación y de encuentro para los más grandes, en el que también se brinda la posibilidad de tener un primer acercamiento para que los niños y jóvenes aprendan que con estas tecnologías y con mucha creatividad se pueden construir diferentes
elementos.

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