Por: Carolina Zambrano Ramírez

El aceite es uno de los ingredientes que no puede faltar en la cocina del hogar, restaurantes, hoteles y algunas industrias, sin embargo, después de usado es altamente contaminante y afecta los sistemas de acueducto y alcantarillado, el agua y el suelo. De acuerdo con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial de la Argentina, un litro de aceite contamina 1.000 litros de agua potable.

Por otro lado, se ha identificado que genera impactos en la salud, ya que si se utiliza más de tres veces para consumo, se vuelve potencialmente cancerígeno.

Frente a este panorama y teniendo en cuenta la importancia de dar una disposición final correcta a este residuo, Laura Camila Gómez, egresada del programa de Ingeniería Ambiental, planteó para su proyecto de grado la transformación del aceite de cocina usado (ACU), generado en las cafeterías de la Universidad, en un producto nuevo: velas 100% bio.

Este proyecto se llevó a cabo en el laboratorio de Bioprocesos de la UAO, a través del Semillero de Investigación Aprovechamiento de la Biomasa, y contó con el acompañamiento de los docentes de la facultad de Ingeniería Luz Marina Flórez Pardo y Javier Jurado Rosero, quien fue su director de trabajo de grado.

Arte, ambiente e ingeniería: tres pilares del proyecto

En el mundo hay diferentes iniciativas de transformación de ACU, sin embargo, las más comunes son la producción de biodiesel, el cual se utiliza como combustible y la elaboración de jabones.

Para Laura era importante crear un producto diferente, es así como después de una larga búsqueda encontró en las velas la mejor opción para combinar su pasión por el arte, el cuidado del ambiente y su profesión: la ingeniería, en donde podía usar colores, aromas frutales, cítricos y dulces, recipientes y al mismo tiempo, evitar la contaminación del agua con aceite de cocina usado.

En el mundo hay diferentes iniciativas de transformación de ACU, sin embargo, las más comunes son la producción de biodiesel, el cual se utiliza como combustible y la elaboración de jabones. Para Laura era importante crear un producto diferente, es así como después de una larga búsqueda encontró en las velas la mejor opción para combinar su pasión por el arte, el cuidado del ambiente y su profesión: la ingeniería, en donde podía usar colores, aromas frutales, cítricos y dulces, recipientes y al mismo tiempo, evitar la contaminación del agua con aceite de cocina usado”,

mencionó Javier Jurado, docente de la facultad de Ingeniería y auxiliar de laboratorio.

De la investigación al emprendimiento

Después de obtener el producto final, Laura recibió asesoría por parte de Sinapsis a través del curso de ‘Negocios Verdes’, en donde la orientaron para conocer qué es un negocio verde, qué es el greenwashing, quiénes son y cómo llegar a los clientes, como potencializar la idea, entre otros temas.

En mi trabajo de grado se incluía un objetivo para volver la idea un emprendimiento, sin embargo Sinapsis me orientó y me dio pautas para lograr que pasara del papel a algo con una visión y una ruta de acción”,

mencionó Laura Camila Gómez.

Como fruto de todo el trabajo, en el mes de diciembre, con el escenario de la escasez mundial de parafina para la tradición de las “velitas”, el equipo de investigación trabajó durante la temporada para abastecer del producto a los hogares colombianos. Para el 7 de diciembre se entregaron aproximadamente 1800 velas, lo equivalente a proteger 83.237 litros de agua.

Finalmente, el equipo continúa trabajando para obtener el registro de producción e Invima, lo que permitirá estructurar el modelo de negocio, ampliar la cobertura a otros clientes e incrementar el volumen de ventas.

Conoce todos los detalles de este proyecto en el IV capítulo del programa Ciencia pa’ vos.´